Este bote contiene filetes de ventresca de atún en aceite de oliva; dos joyas gastronómicas reunidas gracias al saber hacer de la Chanca.
¡Toda una exquisitez para romper con la monotonía culinaria, repensar sus menús y sorprender gratamente a sus invitados!
Se limpian, se preparan, se cortan y se introducen a mano uno a uno los filetes de ventresca para obtener un resultado gustativo y visual perfecto.
Como lo hacían los primeros conserveros de Barbate, esta carne que se deshace en la boca está bañada en aceite de oliva; su sabor y sus nutrientes se conservan perfectamente e incluso mejora con el tiempo.
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La ventresca (n°7) es la pieza de carne veteada de grasa que recubre el vientre del atún por su parte exterior y se extiende desde la parpatana hasta el tarantelo. |
Como entrante, presentar la ventresca de atún de La Chanca con una vinagreta de mango y unos langostinos cocidos.
Este trozo de atún también se puede servir como plato caliente con un salteado de setas por ejemplo
Mantener el bote de vidrio alejado de la luz solar directa. Una vez abierto, conservar refrigerado y consumir en un plazo de 4 a 5 días. Es preferible que la carne de atún esté siempre cubierta de aceite de oliva.
Ingrédients : atún (Thunnus Albacares), aceite de oliva y sal marina. Sin conservantes
Embalaje reciclable.
Abra este bote y pruebe este atún rojo de Barbate que sabe a Andalucía.
La Chanca mantiene la tradición y sigue utilizando técnicas antiguas de conserveros locales. Filetes de atún rojo de almadraba de carne tierna y sabor excepcional.
Atún rojo de alta calidad y aceite de oliva: una combinación de sabores e ingredientes naturales de Andalucía realmente exquisita.
Manteniendo la tradición de los primeros conserveros de Barbate, La Chanca nos ofrece filetes de atún rojo de carne tierna y gusto excepcional.
Variedad 100% Picual. Botella de cristal de 0,5 litros. Aceite de oliva disponible en cantidades limitadas. Los olivos que producen este aceite de oliva se cultivan biodinámicamente, respetando así las cualidades de la fruta, del árbol y de los suelos de la finca del Castillo de Canena. Una pura maravilla.
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